La dosis necesita su adicto
como la relatividad necesita cuerpos.
Dadme mi dosis y todo irá bien
y el movimiento será una suave referencia
y nadie se irá, porque nunca llegó.
¿Cuánto tiempo llevamos aquí?
Empezó con mucho frío
-este viaje-
hacia la sangre y los latidos.
El corazón nunca está vacío del todo
y por eso es tan fácil acabar con él.
El corazón es una pobre metáfora para decir
"me duele lo más sencillo".
Sin embargo, pararos a escuchar
el trabajo incansable de la vida
constantemente afanada
por consumirse a sí misma.
Qué trabajo sisífico
para llegar a un templo sin noches.